sábado, septiembre 01, 2012

En sus manos

Sólo fueron veintisiete minutos
los que estuve en sus manos.
Al quitarme el albornoz
para recibir un masaje, la dije:
"en tus manos encomiendo mi cuerpo".
Sus ojos verdes asintieron, fue lo último que vi.
Después sentí el calor de sus manos
devolviéndome a la vida.Ahora sólo espero a saber
cuánto tiempo durará el milagro.