Por un puñado de polvo
Acaban de dar un premioa una actriz del gremio de la zejay ésta ha acudido a recibirloataviada con su ropa de trabajo:Ha ido vestida de prostituta.
Retazos de un final
El hombre vive
en permanente celo
y ellas lo saben.
Los cazadores respetan la veda
de las presas porque saben
que no pueden defenderse
cuando están en celo.
Pero ellas no le respetarán a él.
Cazar a un hombre es como pegar a un niño.
No importa.
El hombre no tiene quien le proteja.
El músculo es culpable, dicen.
Sus másculos, sin embargo,
son esforzadamente inocentes.
El arma del amor
Volvió a casa
vencedor de cien batallas
buscando el merecido descanso
y se entregó al amor.
Se entregó a él desarmado
y eso le costó la vida.